Fue uno de esos días infrecuentes. Tan distinto de lo habitual que obligó a pensar desde qué lugar había que escribir estas líneas. Por un lado, obvio, se debe contar que Leonardo Mayer le ganó a Joao Souza por 7-6 (7-4), 7-6 (7-5), 5-7, 5-7 y 15-13 para empatar la serie 2 a 2. Y a la vez es indispensable hacer foco en lo que el partido significa para el contexto histórico.
Las 6h 42’ de juego hacen del cuarto punto de esta serie muy pareja entre Argentina y Brasil, el single más largo de siempre en la Davis y el segundo más extenso del tenis todo, sólo superado por el famoso partido entre el estadounidense John Isner y el francés Nicolas Mahut, de Wimbledon 2010.
Detrás de este dato, vale preguntarse si tiene sentido tratar de explicar el juego. Con un condimento tan extraño, no hay parámetros para revisar, medir y comparar la exigencia a la que fueron sometidos ambos jugadores. ¿Cómo hablar de errores no forzados cuando sólo se sobrevive dentro de la cancha? El llanto de Mayer al final es una elocuente imagen y sus palabras afirman la sensación: “qué te voy a explicar del partido si jugué cuatro horas acalambrado”.
Los calambres (¿con raíz nerviosa?) bien pueden ser un ancla para diferenciar momentos del trámite. Los problemas físicos del correntino fueron el punto de inflexión de los números pero no se puede afirmar lo mismo sobre el desarrollo, nivelado de principio a fin. Hasta ese momento y durante 2h 15’, Mayer había ganado dos tie-break y mandaba 4-1 en el tercer set. Entonces pidió médico y la historia cambió, tanto que “Leo” debió luchar 4h 28’ más para ganar. En ese lapso, otro dato poco común, Souza levantó 10 match-points y en el medio de tantos, sacó 6-5 para liquidar la serie.
Los altibajos fueron una constante. Cerca del final los puntos se limitaban al primer acierto, de uno y otro lado no había chances de responder. Y así, sin saber demasiado cómo, ambos llegaron al punto final. El match- point número 11 fue el vencido. ¡Y Leonardo Mayer fue el ganador!
Aunque costó hacerse a la idea tras semejante nivel de tensión en el ambiente, a la serie le quedaba mucho por andar. Federico Delbonis y Thomaz Bellucci aprovecharon el saldo de luz natural para empezar el quinto punto. Poco tiempo y poco juego, que al menos alcanzó para que el argentino ganara 6-3 el parcial inicial.
La cuenta pendiente se saldará desde las 11 de hoy, con el atractivo premio de enfrentar a Serbia, en julio, por los cuartos de final.